jueves, 27 de mayo de 2010

Charles Darwin y el amor



El 2 de octubre de 1836 el Beagle, bergantín de la Marina Real Británica dedicado a la investigación naval, arriba al puerto de Falmouth, en el sur del Reino Unido. Durante cinco años ha recorrido el mundo en una singladura con escalas en distintos puntos de la costa sudamericana (Bahía, Río de Janeiro, Valparaíso, Lima…) para después, desde las islas Galápagos, tocar la costa australiana (Sydney), y posteriormente alcanzar el sur de África, y de nuevo Bahía tras atravesar el Atlántico, para emprender desde ahí el retorno a Inglaterra. Cinco años… Cae la tarde y los hombres que han participado en la expedición se despiden calurosa y ruidosamente, hay risas, abrazos y lágrimas. Uno de ellos se aparta ya del grupo y se encamina hacia un carruaje que le espera. Este hombre tenía apenas 22 años cuando partió cinco años atrás, era un joven inseguro y dubitativo que aún no sabía qué hacer con su vida; tenía, eso sí, la suerte de pertenecer a una familia bien situada. Para contentar a su padre, que era médico de reconocido prestigio, había iniciado la carrera de Medicina, pero hubo de dejarla al ser incapaz de soportar la sangre y el sufrimiento: el hecho de presenciar una operación (en aquella época aún no se utilizaba la anestesia) le dejó traumatizado de por vida. Fracasó también en el intento de estudiar Derecho (le resultaba insoportablemente aburrido) y finalmente terminó graduándose en Teología. De no haber surgido aquella oportunidad, la oportunidad de participar en la expedición del Beagle, su vida habría sido la de un gris y anodino clérigo rural. Pero había sucedido aquello, se había embarcado, habían tenido lugar esos cinco largos años, había conocido el mundo, había visto tantas cosas, había observado, había recogido especimenes, fósiles, muestras, notas… había pensado, inferido, meditado en largas horas de soledad intentando superar las náuseas y mareos que le provocaba el viaje en barco, se había internado en selvas y lugares recónditos arrostrando mil y un peligros, había percibido la inabarcable diversidad de la vida en todas sus facetas... Ahora, de vuelta ya en Inglaterra, seguía siendo un hombre tímido e introvertido, pero seguro de sí mismo, y tenía claro a qué iba a dedicar su vida, que no era a otra cosa que al estudio de sus colecciones, de cuanto había recogido en su viaje, de cuanto había observado, iba a ser una vida dedicada al estudio. Este hombre era Charles Darwin: veintitrés años más tarde, en 1859, iba a publicar una obra que constituye un hito para la ciencia: “El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida.” Una obra que, unida a los estudios genéticos del monje Gregor Mendel con sus guisantes, supone la base ineludible para todo el desarrollo posterior de las ciencias de la vida.

Pero en la vida de este hombre aparentemente tímido y nada romántico, que se plantea, a los pocos años de regresar de su viaje, una vida retirada dedicada al estudio, que sopesa con 28 años la posibilidad de contraer matrimonio como un trámite por el que hay que pasar tras estudiar calculadamente las ventajas y desventajas que ello puede conllevar, que incluso cínicamente llega a escribir una notas diciendo que tener una esposa puede ser mejor que tener un perro por “los encantos de la conversación frívola femenina y de la música, cosas buenas para la salud, pero menuda pérdida de tiempo”… en la vida de este hombre iba a haber también espacio para el amor: inesperadamente se enamoró de su prima Emma Wedgwood: su cinismo misógino se acalla para siempre, la pasión amoroso se apodera de él, no duerme, se desespera por verla, el tiempo que está con ella se le hace tan breve, sólo anhela desesperadamente casarse con ella, le envía apasionadas cartas de amor; todo ello queda registrado en su diario, donde escribe: “Creo que me vas a humanizar, creo que existe una felicidad mayor que la de tejer teorías y acumular hechos en silencio y soledad… Qué pasa por la mente de un hombre cuando está enamorado… es un sentimiento ciego…” Se casaron, Darwin disfrutó de una vida familiar plena, tuvieron diez hijos, fue un padre cariñoso y extraordinariamente atento con sus hijos, aunque tambiénb le tocó vivir momentos muy amargos como la pérdida de su hija Anne con diez años por enfermedad.

lunes, 15 de febrero de 2010

La teoría triangular del amor de Robert Sternberg

La "teoría triangular del amor" del psicólogo estadounidense Robert Sternberg caracteriza el amor en una relación interpersonal según tres componentes diferentes: intimidad, pasión y compromiso.
1. La intimidad (afecto, revelaciones mutuas), entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión. Se refiere a emociones que acercan a la gente, emociones como el respeto, afecto y apoyo. Los sentimientos de intimidad son lo que llevan a la gente a querer compartir cosas, a revelar cosas personales y privadas.
2. La pasión (atracción física), como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades. Es un deseo fuerte de estar con la otra persona. La pasión es sexual muchas veces, pero no siempre. Sternberg afirma que la pasión es un sentimiento que crece rápidamente, pero que luego cede poco a poco.
3. El compromiso (decisión consciente de amar, compartir, estar juntos), la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor. El compromiso implica tomar una decisión que puede ser a corto o largo plazo. En el corto plazo, el compromiso se mantiene en tanto que se está enamorado. El compromiso a largo plazo implica decidir cultivar y mantener la relación amorosa. En la práctica, esto suele comprender la decisión de compartir planes de vida y a veces formar una familia.

En los vértices del triangulo estarían las formas de relación amorosas que tiene uno de estos componentes, en los lados las formas de relación amorosa que tiene dos componentes, en el centro la forma de amar completa integrando los tres componentes. Se crea así una tipología de siete formas de amar o, lo que es lo mismo, siete formas de relaciones amorosas:

1. Cariño: Es el sentimiento íntimo que caracteriza las verdaderas amistades, en donde se siente un vínculo y una cercanía con la otra persona, pero no pasión física ni compromiso a largo plazo.
2. Encaprichamiento: Es lo que comúnmente se siente como "amor a primera vista". Sin intimidad ni compromiso, este amor puede desaparecer en cualquier momento.
3. Amor vacío: Existe una unión por compromiso, pero la pasión y la intimidad han muerto. No sienten nada uno por el otro, pero hay una sensación de respeto y reciprocidad. En los matrimonios arreglados o por poderes, las relaciones suelen comenzar con un amor vacío.
4. Amor romántico: Las parejas románticas están unidas emocionalmente (como en el caso del cariño) y físicamente, mediante la pasión.
5. Amor sociable: Se encuentra frecuentemente en matrimonios en los que la pasión se ha ido, pero hay un gran cariño y compromiso con el otro. Suele suceder con las personas con las que se comparte la vida, aunque no existe deseo sexual ni físico. Es más fuerte que el cariño, debido al elemento extra que es el compromiso. Se encuentra en la familia y en los amigos profundos, que pasan mucho tiempo juntos en una relación sin deseo sexual.
6. Amor fatuo o loco: Se da en relaciones en las que el compromiso es motivado en su mayor parte por la pasión, sin la estabilizante influencia de la intimidad.
7. Amor consumado o completo: Es la forma completa del amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que aparentemente pocos alcanzan. Sin embargo, Sternberg señala que mantener un amor consumado puede ser aún más difícil que llegar a él. Enfatiza la importancia de traducir los componentes del amor en acciones. «Sin expresión" —advierte—, hasta el amor más grande puede morir»”. El amor consumado puede no ser permanente. Por ejemplo, si la pasión se pierde con el tiempo, puede convertirse en un amor sociable.



De todas formas, esto no es inmutable. El amor es algo vivo. Hay un patrón en el desarrollo de muchas relaciones. Muchas parejas podrían comenzar una relación sin amor (sin pasión, compromiso ni intimidad), y con el tiempo, a medida que crece la cercanía, puede dar lugar a un encaprichamiento, que tiene pasión, pero no compromiso ni intimidad, o quizás a un amor romántico, que añade intimidad, pero que aún no incluye el compromiso. Y finalmente, al incluir el compromiso puede evolucionar al amor consumado. Pero ni siquiera el amor consumado es estático e inmutable, ya que al principio de una relación hay mucha pasión, que con el paso del tiempo disminuye. Sin embargo, el compromiso y la intimidad pueden aumentar, y aunque éstas suelen considerarse más importantes en una relación, la ruptura de una pareja resulta con más frecuencia vinculado al amor romántico erótico, es decir, amor romántico y atracción sexual, lo que prueba su importancia en una relación prolongada.

Fuentes:
http://www.psicoarea.org/enamorado_test.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_triangular_del_amor
http://www.psicoterapeutas.com/pacientes/pareja.htm#_Toc12016518



LA VOZ A TI DEBIDA


Lo que eres
me distrae de lo que dices.

Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron.

Miras de pronto a los lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara
a buscarlo ya tu alma
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar.

Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.

En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.

.......................(Pedro Salinas)




The Soul of the Rose
(J.W.Waterhouse,1908)

miércoles, 20 de enero de 2010

Una “tarde dorada”. Los orígenes de “Alicia”. Semblanza de Lewis Carroll.

Lewis Carrol en 1863

Es la tarde del 4 de julio de 1862. Una barca de remos se desliza por un afluente del Támesis con rumbo a la villa de Godstow, en las cercanías de Oxford. Navegan en la barca dos hombres y tres niñas. Uno de los hombres tiene alrededor de treinta años, aire tímido y tartamudea un poco al hablar; es profesor de matemáticas en la prestigiosa universidad de Oxford, se llama Charles Lutwidge Dogson pero será más conocido por el seudónimo con el que firmará unos años después su obra literaria: Lewis Carroll. Las niñas, hijas de un decano de Oxford muy amigo del profesor Dogson, son las hermanas Lidell: Lorina, Edith y Alicia. Veinticinco años más tarde, Lewis Carroll escribe, recordando esa tarde:
“Emerge, sal, de las sombras del pasado, “Alicia”, hija de mis sueños: Son muchos los años que han volado desde aquella “tarde dorada” que te dio el ser; sin embargo, puedo evocarla casi con tanta claridad como si hubiera sido ayer: el azul limpio en lo alto, el espejo acuoso abajo, la barca deslizándose perezosamente… las tres caritas anhelantes, ávidas de noticias del país maravilloso… y de cuyos labios brotó : “Cuéntenos un cuento, por favor”, con toda la severa inexorabilidad del Destino…”

Alicia, en el momento en que tiene lugar el paseo en barca, cuenta con diez años de edad; cincuenta años después, siendo ya una mujer de sesenta años, afirma recordando ese día:
“Casi la totalidad de Las aventuras de Alicia nos las contó el señor Dogson aquella calurosa tarde de verano… Los cuentos que nos contó aquella tarde fueron mejores que los demás, porque guardo un recuerdo muy nítido de la excursión…”

El reverendo Duckworth, que acompaña a Dogson y a las niñas en la barca, anota recordando esa tarde:
“Alicia dijo al despedirse: “Señor Dogson, quisiera que me escribiese las aventuras de Alicia”. Dogson contestó que lo intentaría; después me dijo al día siguiente que había pasado en vela casi toda la noche, pasando a un manuscrito lo que recordaba del cuento con el que nos había alegrado la tarde.”

Justamente tres años después, el día 4 de julio de 1865, se publica en Londres el libro “Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas” (Alice´s Adventures in Wonderland), el texto de Lewis Carroll va acompañado de cuarenta y dos ilustraciones de John Tenniel.

En una comprobación efectuada en 1950 en el Departamento de Meteorología de Londres resulta que de acuerdo con los datos registrados el día 4 de julio de 1862 fue “frío y lluvioso” en las proximidades de Oxford, poco propicio pues para una excursión en barca por el río. El Departamento de Meteorología de Londres es muy riguroso en sus registros, pero igualmente las anotaciones en el diario del meticuloso Dogson son muy fiables y señalan que ese día fue soleado y luminoso. Se descarta que haya habido un error en cuanto a la fecha del paseo en barca. Un experto del aeropuerto de Dublín, citado por Martin Gadner en su edición de “Alicia” (The annotated Alice, Nueva York, 1960), considera que hay razones de peso para seguir opinando que la tarde del día 4 de julio de 1862 fue soleada.

Alice Liddel, la "verdadera" Alicia, según una fotografía tomada en 1860

Lewis Carroll, imaginando el mundo de Alicia

Portada de una antigua edición ilustrada del libro de "Alicia en el país de las maravillas"
------------------------------------
"¿Cómo eras tú, Alicia soñada, a los ojos de tu padre adoptivo? En primer lugar cariñosa... y amable como un cervatillo; y además cortes: cortés con todo el que te sale al paso, sea alto o bajo, grande o grotesco, un Rey o una Oruga...; y además confiada, dispuesta a aceptar los más disparatados imposibles con la credulidad plena que sólo conocen los soñadores; y, por último, curiosa... y con esa vehemente fruición de la Vida que sólo se da en las horas felices de la niñez, cuando todo es nuevo y limpio, y cuando "pecado o "dolor" no son más que nombres, palabras vacías que nada significan." (Lewis Carrol, Alicia en el teatro, artículo publicado en 1887)

500 años de retratos femeninos en el Arte Occidental (vídeo creado por Philip Scott Johnson)


Vídeo creado por Philip Scott Johnson, obtuvo el premio a la obra más creativa en los Premios YouTube Awards 2007. La referencia de las 90 obras artísticas que aparecen en el vídeo pueden consultarse en el siguiente enlace:
http://www.maysstuff.com/womenid.htm

Los hombres también lloran

He leído en un blog un artículo sobre este tema que me ha resultado interesante, copio y pego aquí el primer párrafo y dejo el enlace por si alguien quiere leerlo completo:
"Existe una perversa y errónea tradición que establece que los hombres no debemos llorar. Las lágrimas – asi lo establece esta obtusa creencia- además de ser patrimonio femenino son sinónimo de debilidad y las únicas licencias permitidas para llorar a borbotones son la pérdida de un ser querido…o la derrota de nuestro equipo favorito de fútbol. Para todo lo demás siempre habrá un gesto adusto, una mirada recia o un control absoluto de las emociones “innecesarias”. Esa proverbial actitud hacia el control emocional ha generado no solamente en nuestro país sino en otros paraísos machistas generaciones de ciudadanos incapaces de expresar y transmitir sus emociones a otras personas con los consiguientes problemas psicológicos y sociológicos que se derivan de estas carencias. El objetivo de este post no es ahondar en los motivos de esta absurda postura, solo queremos dejar constancia que los ricos, los hombres y los peluqueros…también lloran." El enlace a la página donde puede leerse el artículo completo es el siguiente: http://schatz67.blogspot.com/2007/02/los-hombres-tambin-lloran.html
Creo que es un tema interesante para abrir un foro de discusión, ¿qué opinas tú sobre esta cuestión? ¿Piensas que es una manifestación de debilidad el hecho de que un hombre llore? ¿Se es menos hombre por llorar de cuando en cuando?

(Este texto fue publicado como foro de discusión en "RESAUCO Red social" el 23 de noviembre de 2009.)

Lilye López hizo el comentario siguiente el día 2 de diciembre de 2009:

"Llorar no es una cuestión de debilidad sino de humanidad. El ser HUMANO necesita expresar lo que siente y lo que desea para llegar a ser parte del entorno social, especialmente entre sus allegados, porque como dijo alguien, el ser humano es un ser social.Esto no se limita a las lágrimas propiamente dichas. Comprende todas las diferentes muestras de sentimiento. Así que rían, lloren, brinquen o húndanse en el sofá; hablen, comuniquen. Dejen que los demás formen parte de ustedes y formen parte de los demás.
PD: Me ha encantado este tema. Saludos."

TIPOS DE ENAMORAMIENTO, según la teoría de John Alan Lee

John Alan Lee, psicólogo canadiense, afirma que pueden distinguirse seis tipos de enamoramiento, establece pues una tipología del enamoramiento que desde mi punto de vista resulta sumamente interesante, conformando un instrumento muy útil a la hora de analizar nuestros propios sentimientos y, por supuesto, también los de las personas que nos rodean. La edición digital de una revista llamada AHORA (http://www.ahora.com.do/Edicion1273/DEPORTADA/tema1.html), después de una breve introducción, describe así estas seis formas de enamorarse:

Ágape (Todo para el otro): Ágape, en griego significa altruismo, generosidad. La dedicación al otro viene siempre mucho antes del propio interés. Quien practica este estilo de amor se entrega totalmente a la relación y no le importa echar mano de cualquier cosa con tal de satisfacer ciertas voluntades (incluidos caprichos) de la persona amada. Invierte constantemente en la relación, aunque sus acciones no sean correspondidas. Se siente bien cuando el otro demuestra alegría. Es capaz de renunciar a su pareja si cree que puede ser más feliz con otra persona. Un ejemplo de Ágape en el cine es el personaje Teresa (Juliette Binoche) en “La insoportable levedad del ser” (1987), adaptación del libro de Milan Kundera. Por amor, ella soportaba la infidelidad de su amado, Tomás (Daniel Day-Lewis), un Ludus incorregible.

Juliette Binoche y Daniel Day-Lewis en "La insoportable levedad del ser".

Eros (Corazón en llamas): Eros es la pasión romántica de los poetas. Envuelve una fuerte atracción física y deseo sexual descomunal. Ocurre de repente y puede terminar de manera abrupta. El o ella no pueden controlar ese sentimiento intenso, casi irracional. Se pasan más de cuatro horas diarias pensando en el ser amado. Quien experimenta esa sensación no mide consecuencias. Solo una cosa importa: ser correspondido. Ese es el amor que sirve de tema en nueve de cada diez películas de Hollywood. Un ejemplo es “El Paciente Inglés” (1996), que retrata la trágica pasión de un cartógrafo húngaro (Ralph Fiennes) por la bella esposa (Kristin Thomas) de un explorador ingles en la víspera de la Segunda Guerra Mundial.

Ralph Fiennes y Kristin Thomas el "El paciente inglés".

Ludus (Instinto de cazador): En Ludus el amor es un juego que muchas veces no pasa de una noche de sexo. El desafío de la conquista es más atrayente que la persona que se intenta seducir. El conquistador evita los compromisos. Puede cultivar más de una relación al mismo tiempo. Aun cuando la relación es duradera, él busca encuentros fugaces durante el período. Si a usted le gusta el sexo, pero nunca se enamora, o si tiene un enredo nuevo cada dos semanas, su tipo puede ser Ludus. En la película “Amistades Peligrosas” (1988), el vizconde de Valmont (John Malkovich) lleva ese estilo a extremos cuando seduce a la ingenua madame de Tourvel (Michelle Pfeiffer), una mujer casada que cree en la santidad del matrimonio, sólo para probar sus dotes de Don Juan.

John Malkovich y Michelle Pfeiffer en "Amistades peligrosas"

Pragma (Contabilidad afectiva): Pragma, como dice el nombre, es el estilo de quien prioriza el lado práctico de las cosas. El individuo evalúa todas las posibles implicaciones antes de embarcarse en un romance. Si el romance aparenta tener futuro, él invierte. Si no, desiste. Cultiva una lista de prerrequisitos para la pareja ideal y pondera mucho antes de comprometerse. Procura un buen padre o una buena madre para sus hijos y toma en cuenta la comodidad material. Está siempre lleno de preguntas. ¿Qué será lo que mi familia pensará? Si me caso, ¿cómo estaré de aquí a cinco años? En la película "El matrimonio de mi mejor amigo" (1998), Michael (Dermot Mulroney) ama a Julianne (Julia Roberts) pero decide casarse con Kimmy (Cameron Díaz), hija de un millonario.

Julia Roberts y Dermot Mulroney en "La boda de mi mejor amigo"

Manía u obsesión (Fantasma de la pérdida): Quien ya vivió una relación del tipo “montaña rusa”, un día en el paraíso y otro en el infierno, conoce el estilo Manía. Es el enamoramiento obsesivo y celoso. El individuo siempre encuentra que la persona amada no le corresponde de igual modo. Requiere inagotables pruebas de amor y es capaz de locuras para llamar la atención del ser amado. Tiene tanto miedo de que su pareja le abandone, que el ser amado acaba por irse de verdad. Manía es el lado oscuro de Eros, sostiene la psicóloga norteamericana Irene Frieze, de la Universidad de Pittsburgh. El "Otelo", de William Shakespeare, muestra una relación de este tipo que acaba trágicamente.

Orson Welles en "Otelo"

Storge (Amigos con derecho a sexo): Ciertos romances comienzan de una manera tan gradual que la pareja no sabe cuándo ni cómo comenzó. Ese tipo de historia encuadra en el estilo Storge, nombre de la divinidad griega de la amistad. La atracción física no es lo principal. Nada de noches incandescentes. Lo que cuenta es la confianza mutua y los valores que comparten. Los románticos desprecian ese tipo de relación. Aún así, en las investigaciones que se han hecho los amantes del tipo Storge revelan satisfacción con la vida afectiva. Un ejemplo del amor-compañero es el clásico "Bonnie and Clyde", de 1968, que cuenta la historia verídica de una pareja de gangsters, Bonnie Parker (Faye Dunaway) e Clyde Barrow (Warren Beatty), en los Estados Unidos de la década del 30. Detalle: Clyde sufría de impotencia sexual.

Faye Dunaway y Warren Beatty en "Bonnie and Clyde".

domingo, 3 de enero de 2010

ILUSIONES ÓPTICAS

"Rotsnake", ilusión óptica creada por Akiyoshi Kitaoka, figuras con movimiento perceptivamente inducido.
Más información sobre este creador y profesor de Psicología japonés en http://www.ilusionario.es/INVESTIG/kitaoka.htm

---------------------------------------------------------

Los obreros... ¿están arriba o abajo?

Para más información sobre ilusiones ópticas es interesante visitar esta web que ofrece una catálogo bastante completo:
http://www.ilusionario.es/index.htm#catalogo
También se cataloga una serie de ilusiones opticas en:
http://www.psicoactiva.com/ilusion.htm

Las ilusiones ópticas nos enseñan que nuestros sentidos pueden engañarnos: podemos percibir movimiento donde en realidad no lo hay, o dos personas pueden ver cosas diferentes en una misma imagen (estando las dos en lo cierto), o uno mismo puede ver una cosa en dicha imagen y segundos después ver otra cosa muy distinta…De la misma manera ocurre que la realidad admite múltiples interpretaciones, nuestra percepción de la realidad siempre es subjetiva, no seamos pues dogmáticos ni radicales en nuestras apreciaciones, en nuestros planteamientos, respetemos las opiniones de los demás, defendamos y argumentemos nuestros puntos de vista, pero consideremos que otras personas pueden ver las cosas de otra manera. No prejuzguemos, tengamos en cuenta nuestras intuiciones, sensaciones, corazonadas, pero seamos y actuemos razonable, sensata y justamente.
--------------------------------------------------------------------

Maurits Cornelis ESCHER

Más conocido como M. C. Escher (Leeuwarden, Países Bajos, 17 de junio de 1898 - Hilversum, Países Bajos, 27 de marzo de 1972), sus grabados en madera, xilografías y litografías tratan sobre figuras imposibles, teselaciones y mundos imaginarios. Su obra experimenta con diversos métodos de representar que desafían los modos habituales de representación.

Más informacón sobre Escher:
http://www.ilusionario.es/CLASICOS/alr_escher.htm http://es.wikipedia.org/wiki/Maurits_Cornelis_Escher http://www.mcescher.net/
----------------------------------------------------------
Más ilusiones ópticas:

¿Una cara de mujer o flores?

Amor versus muerte
¿Qué ves: una escena romántica o una calavera?(Postal francesa de 1905)

La mente de Sigmund Freud

El mundo tiene rostro de mujer

>

Hipatia de Alejandría


"Hipatia", tal como la imaginó el pintor prerrafaelista Charles William Mitchell (1885).

Filósofa y maestra neoplatónica griega, vivió en Alejandría entre los siglos IV y V, en una época muy convulsa, en un contexto de hostilidad cristiana hacia el declinante paganismo y de luchas políticas dentro de la Iglesia, asumido ya el catolicismo teodosiano como religión de estado por el Imperio Romano. Algunos episodios de su vida han inspirado la última película de Alejandro Amenábar "Agora" protagonizada por la actriz británica Rachel Weisz.
Para saber más sobre Hipatia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Hipatia

El Arte y sus creadores: Pablo Genovés

Fotografías del artista madrileño Pablo Genovés, más información sobre este artista:
http://www.pablogenoves.info/imagenes.shtml
www.soitu.es/soitu/2009/11/04/info/1257358557_288183.html